lunes, 21 de julio de 2014

TRACTATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS - LUDWIG JOSEF JOHANN WITTGENSTEIN



NATURALEZA Y ESTRUCTURA

El libro narra acerca de problemas de la filosofía que tienen que ver con el mundo, el pensamiento y el lenguaje. A su vez, presenta una "solución" para estos problemas, la cual está fundada en la lógica y en la naturaleza de la representación. El mundo está representado por el pensamiento y la proposición, los cuales comparten la misma forma lógica. Por lo tanto, el pensamiento y la proposición pueden ser imágenes de los hechos.
Según el autor, el libro no contiene entonces tesis propiamente dichas. Este aspecto no doctrinario explica en parte el carácter globalmente no argumentativo de la obra: Wittgenstein enumera una gran cantidad de sus aforismos sin presentar ni argumentos ni ejemplos. Los pensamientos que expresa no pudiendo quizás comprenderse más que por alguien que ya los haya pensado con antelación, argumentar pues, no es lo esencial.
La obra se compone de siete aforismos principales, ordenados del menos al más importante. Cada aforismo, con excepción del último, está seguido de observaciones que lo atañen. La numeración de sus observaciones puede parecer desconcertante a primera vista: Así, el aforismo 2 está seguido de 2.01 luego de 2.1, e igualmente el aforismo 3 está seguido del 3.001, 3.01,... 3.03, 3.031, etc. De hecho esta numeración retoma la lógica matemática de la proximidad numérica para indicar el grado de la observación efectuada en relación al aforismo o a la observación que la precede: Así, 3.001 es más cercano a 3 que 3.01: Una interpretación posible es que 3.001 indica una relación tenue del tipo de una definición conceptual de los términos del aforismo, mientras que 3.01 señala las implicaciones inmediatas del aforismo, 3.1 amplía los campos de comprensión del aforismo.

LA METAFÍSICA DEL TRACTATUS

El Tractatus empieza con una serie de aforismos sobre la ontología, pero ya que dichas proposiciones no se presentan como tesis, hablar de una "ontología" wittgensteniana no sería del todo adecuado desde la perspectiva del autor. De forma resumida empezando sin embargo, con lo que parece ser una metafísica, Wittgenstein ve el mundo como conformado por hechos, en lugar de objetos en la concepción atomista tradicional. Los hechos son estados de asuntos existentes, los cuales a su vez son combinaciones de objetos. Los objetos pueden acoplarse de varias maneras determinadas; pueden tener diversas propiedades y pueden mantener diversas relaciones entre sí. Los estados de asuntos que efectivamente existen podrían haber sido de otro modo. Lo cual significa que los estados de asuntos son o bien factuales (existentes) o posibles. Y es la totalidad de los estados de asuntos (los existentes y los posibles) que integran el conjunto de la realidad. El mundo es justamente aquellos estados de asuntos que efectivamente existen.

HECHOS

Una de las nociones más importantes del Tractatus es la noción de hecho, que aparece desde la segunda proposición
    "1.1. El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas".

    "1.2. El mundo se descompone de hechos".

  • Hecho y objeto
Para Wittgenstein, el hecho es la unidad básica y está a su vez compuesto de objetos. Esta composición tiene dos rasgos fundamentales: 1) es articulada y 2) no necesita un elemento distinto a los objetos mismos para ser establecida. Veamos cada una de estas características:

1) La composición de los hechos por los objetos es articulada

Esto significa que un hecho no se trata de un simple agregado "en lista" de objetos, sino de un modo particular de estar juntos. Lo importante de los objetos en un hecho es la manera en que se relacionan y no su suma. Sean dos objetos a y b, entonces podemos representar un hecho que los implica como aRb donde R significa la manera particular en que a entra en relación con b. Bien podría pensarse un hecho cuyos objetos sean a y b, pero cuya relación sea del todo distinta, siendo representada como aSb, etc. Si la concatenación de objetos en un hecho fuese un simple agregado, podríamos representarla como ab, mas esta nomenclatura no rescataría lo esencial del pensamiento de Wittgenstein: una colección determinada de objetos puede relacionarse de múltiples formas para dar distintos hechos. A la manera particular en que dos o más objetos se relacionan en un hecho la llama Wittgenstein la estructura del hecho. A su vez, a la posibilidad de la estructura la llama la forma del hecho. Cuando Wittgenstein lleva al extremo este pensamiento aparece su rasgo filosófico: el mundo actual y existente es una concatenación o articulación de objetos posible entre muchas otras. Sin embargo, los objetos son esencialmente los mismos en cada uno de ellos. Por este motivo concluirá que los objetos son la sustancia de mundo, esto es, aquello invariable a través de los cambios.

2) La composición de los hechos por los objetos no necesita un elemento distinto a los objetos mismos para ser establecida

Lo anteriormente expuesto puede llevar a la pregunta "¿Es R un elemento que une a a y b en una relación?" Esta es una confusión ontológica en la que Wittgenstein no desea caer. No se trata aquí de postular la existencia de dos o más clases de objetos, por ejemplo, los objetos "objetuales" y los objetos "relacionales" que juntos establecerían una relación. Vistas las cosas bajo esa óptica errónea siempre cabría la pregunta "¿qué relaciona los elementos a, R y b?, ¿No ese el verdadero elemento último que nos interesa, tal como antes aparecía R en la demostración de la insuficiencia de la fórmula ' ab '?" Es claro que este punto de vista nos llevaría a una regresión al infinito. Nos preocuparíamos por elemento que une a los elementos en su unión con los elementos y así sucesivamente. Más aún: una de las intenciones esenciales de Wittgenstein es contravenir tal postura, evitar tales preguntas. Para ilustrar el modo en que cree que los elementos se relacionan en los hechos, Wittgenstein se vale de la metáfora de la cadena. Del mismo modo en que en un cadena los eslabones no necesitan ninguna clase de pegamento o tercer elemento que los una, los objetos se valen de sí mismos para unirse en un hecho. ¿Qué representa entonces R si no un elemento? Simplemente el modo en que los objetos se relacionan, tal como, continuando con el ejemplo, los eslabones podrían unirse en forma recta o angulada. De esta manera Wittgenstein gana no sólo el evitar un problema que se prolongaba al infinito, sino el evitar el truco metafísico de la postulación de pseudo-objetos que explican el modo de ser de la realidad. Esta conclusión que atañe aparentemente a un problema local de interpretación de nomenclaturas lógicas tiene como fondo una crítica a toda aquella filosofía que se valga de elementos externos al hecho para explicar su existencia como viene dada, elementos tales como las categorías de la subjetividad del idealismo kantiano.

OBJETO

Junto al concepto de hecho y de estado de asuntos, el concepto de objeto es uno de los pilares de la ontología del Tractatus. A diferencia del hecho, el objeto no es parte del mundo; se le postula pero no se puede nunca llegar a él.
  •  Objeto y hecho
Según Wittgenstein el hecho es el elemento más simple al cual se puede llegar por medio del análisis. Sin embargo el hecho está definido como una conexión de objetos, es decir como un complejo compuesto de partes más simples, los objetos. No hay en esto ninguna contradicción. El hecho es lo que es más simple realmente (en la realidad), el objeto es lo que es más simple teóricamente (en la teoría).
El residuo del análisis del mundo es un conjunto de hechos, pero los hechos suponen a los objetos que los constituyen. Wittgenstein se ve llevado entonces a postular los objetos. Si existe lo complejo, debe existir lo simple. El análisis debe llegar a un fin, no podría continuar infinitamente. Vemos aquí nuevamente una manifestación de su atomismo.
El objeto es entonces simple, pero no podemos considerarlo en su simplicidad. El objeto está siempre conectado a otros objetos, no se le puede aprehender más que en la ocurrencia de dicha conexión. Es en este aspecto que el hecho es realmente el elemento más simple: El objeto es simple, pero no podemos llegar a ella directamente, no podemos más que abstraerla a partir del hecho.

TEORÍA DE LA IMAGEN

Para Wittgenstein una imagen se caracteriza por el hecho de que representa algo. Esta capacidad de representar supone un punto en común entre la imagen y lo que representa, y este punto en común es la forma. Si una imagen es imagen de algo, lo es porque existe una identidad en la forma de las dos partes. Existe un isomorfismo entre el representante y el representado.

FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
  • El lenguaje como imagen
Comparada con la concepción del lenguaje desarrollada más tarde por Wittgenstein, la del Tractatus parece más pobre. El lenguaje tiene como objetivo representar el mundo, proveer una imagen. Se le compara con lo real, con el cual comparte la forma.
Existe entonces un paralelismo estricto entre lo real y el lenguaje. Lo que es válido para el hecho y el objeto es válido igualmente para sus representantes en el lenguaje: La proposición es el nombre. Al nombre no se le puede considerar independientemente de una proposición y no puede insertarse en todos los contextos.
El carácter combinatorio está ya presente: De la misma forma que diferentes combinaciones de objetos permiten obtener diferentes hechos, las diferentes combinaciones de nombres resultan en diferentes proposiciones.
Esencialmente imagen, al lenguaje únicamente se le puede considerar entonces con respecto a la proposición (4.001). Las funciones pragmáticas del lenguaje quedan totalmente ocultas, lo que no es representación no se le toma en cuenta. En contraste, el último Wittgenstein se interesa mucho más por la práctica lingüística abandonando de esa forma la concepción "representacionalista" del Tractatus.
  • Signo y símbolo
Aun si existen ambigüedades semánticas, Wittgenstein distingue el signo del símbolo. El signo es el elemento material del símbolo. Símbolos diferentes pueden corresponder a un mismo signo, y un mismo símbolo puede corresponder a varios signos.
La circunstancia de que en un idioma natural el mismo signo pueda vincularse a símbolos muy diferentes está en el origen de las confusiones filosóficas. La función de la lógica es entonces esclarecer dichas equivocaciones. El signo "es" no corresponde a los mismos símbolos en "Sócrates es", "Sócrates es el maestro de Platón" y "Sócrates es un filósofo". La primera expresión expresa la existencia de un individuo, la segunda expresa una identidad y la tercera expresa la posesión de una propiedad. Cada una de estas proposiciones tiene una forma lógica diferente.
"El idioma disfraza al pensamiento. Y de tal forma que no podemos, a decir por la forma exterior del vestido, descubrir la forma del pensamiento al que viste"

LOS DIFERENTES TIPOS DE PROPOSICIONES

El Tractatus busca determinar los límites de lo que puede decirse de forma sensata.
Distingue entre tres tipos de enunciados:

·         Las proposiciones sensatas o provistas de significado (sinnvoll).

·         Las proposiciones insensatas o desprovistas de significado (unsinnig).

·         Las proposiciones fuera de significado o vacías de significado (sinnlos).

Únicamente la primera categoría incluye "proposiciones" estrictamente hablando. Las otras dos categorías contienen "pseudo-proposiciones". Para Wittgenstein una proposición auténtica tiene significado, si no lo tiene no es una "proposición".

No hay comentarios:

Publicar un comentario