NATURALEZA
Y ESTRUCTURA
El libro narra acerca de problemas de la
filosofía que tienen que ver con el mundo, el pensamiento y el lenguaje. A su
vez, presenta una "solución" para estos problemas, la cual está
fundada en la lógica y en la naturaleza de la representación. El mundo está
representado por el pensamiento y la proposición, los cuales comparten la misma
forma lógica. Por lo tanto, el pensamiento y la proposición pueden ser imágenes
de los hechos.
Según el autor, el libro no contiene
entonces tesis propiamente dichas. Este aspecto no doctrinario explica en parte
el carácter globalmente no argumentativo de la obra: Wittgenstein enumera una
gran cantidad de sus aforismos sin presentar ni argumentos ni ejemplos. Los
pensamientos que expresa no pudiendo quizás comprenderse más que por alguien
que ya los haya pensado con antelación, argumentar pues, no es lo esencial.
La obra se compone de siete aforismos
principales, ordenados del menos al más importante. Cada aforismo, con
excepción del último, está seguido de observaciones que lo atañen. La
numeración de sus observaciones puede parecer desconcertante a primera vista:
Así, el aforismo 2 está seguido de 2.01 luego de 2.1, e igualmente el aforismo
3 está seguido del 3.001, 3.01,... 3.03, 3.031, etc. De hecho esta numeración
retoma la lógica matemática de la proximidad numérica para indicar el grado de
la observación efectuada en relación al aforismo o a la observación que la
precede: Así, 3.001 es más cercano a 3 que 3.01: Una interpretación posible es
que 3.001 indica una relación tenue del tipo de una definición conceptual de
los términos del aforismo, mientras que 3.01 señala las implicaciones
inmediatas del aforismo, 3.1 amplía los campos de comprensión del aforismo.
LA
METAFÍSICA DEL TRACTATUS
El Tractatus empieza con una serie de
aforismos sobre la ontología, pero ya que dichas proposiciones no se presentan
como tesis, hablar de una "ontología" wittgensteniana no sería del
todo adecuado desde la perspectiva del autor. De forma resumida empezando sin
embargo, con lo que parece ser una metafísica, Wittgenstein ve el mundo como
conformado por hechos, en lugar de objetos en la concepción atomista
tradicional. Los hechos son estados de asuntos existentes, los cuales a su vez
son combinaciones de objetos. Los objetos pueden acoplarse de varias maneras
determinadas; pueden tener diversas propiedades y pueden mantener diversas
relaciones entre sí. Los estados de asuntos que efectivamente existen podrían
haber sido de otro modo. Lo cual significa que los estados de asuntos son o
bien factuales (existentes) o posibles. Y es la totalidad de los estados de
asuntos (los existentes y los posibles) que integran el conjunto de la
realidad. El mundo es justamente aquellos estados de asuntos que efectivamente
existen.
HECHOS
Una de las nociones más importantes del
Tractatus es la noción de hecho, que aparece desde la segunda proposición
"1.1. El mundo es la totalidad de los hechos, no de las
cosas".
"1.2. El mundo se descompone de hechos".
- Hecho y objeto
Para Wittgenstein, el hecho es la unidad
básica y está a su vez compuesto de objetos. Esta composición tiene dos rasgos
fundamentales: 1) es articulada y 2) no necesita un elemento distinto a los
objetos mismos para ser establecida. Veamos cada una de estas características:
1) La composición de los hechos por los
objetos es articulada
Esto significa que un hecho no se trata de
un simple agregado "en lista" de objetos, sino de un modo particular
de estar juntos. Lo importante de los objetos en un hecho es la manera en que
se relacionan y no su suma. Sean dos objetos a y b, entonces podemos
representar un hecho que los implica como aRb donde R significa la manera
particular en que a entra en relación con b. Bien podría pensarse un hecho
cuyos objetos sean a y b, pero cuya relación sea del todo distinta, siendo
representada como aSb, etc. Si la concatenación de objetos en un hecho fuese un
simple agregado, podríamos representarla como ab, mas esta nomenclatura no rescataría
lo esencial del pensamiento de Wittgenstein: una colección determinada de
objetos puede relacionarse de múltiples formas para dar distintos hechos. A la
manera particular en que dos o más objetos se relacionan en un hecho la llama
Wittgenstein la estructura del hecho. A su vez, a la posibilidad de la
estructura la llama la forma del hecho. Cuando Wittgenstein lleva al extremo
este pensamiento aparece su rasgo filosófico: el mundo actual y existente es
una concatenación o articulación de objetos posible entre muchas otras. Sin
embargo, los objetos son esencialmente los mismos en cada uno de ellos. Por
este motivo concluirá que los objetos son la sustancia de mundo, esto es,
aquello invariable a través de los cambios.
2) La composición de los hechos por los
objetos no necesita un elemento distinto a los objetos mismos para ser
establecida
Lo anteriormente expuesto puede llevar a la
pregunta "¿Es R un elemento que une a a y b en una relación?" Esta es
una confusión ontológica en la que Wittgenstein no desea caer. No se trata aquí
de postular la existencia de dos o más clases de objetos, por ejemplo, los
objetos "objetuales" y los objetos "relacionales" que
juntos establecerían una relación. Vistas las cosas bajo esa óptica errónea siempre
cabría la pregunta "¿qué relaciona los elementos a, R y b?, ¿No ese el
verdadero elemento último que nos interesa, tal como antes aparecía R en la
demostración de la insuficiencia de la fórmula ' ab '?" Es claro que este
punto de vista nos llevaría a una regresión al infinito. Nos preocuparíamos por
elemento que une a los elementos en su unión con los elementos y así
sucesivamente. Más aún: una de las intenciones esenciales de Wittgenstein es
contravenir tal postura, evitar tales preguntas. Para ilustrar el modo en que cree
que los elementos se relacionan en los hechos, Wittgenstein se vale de la
metáfora de la cadena. Del mismo modo en que en un cadena los eslabones no
necesitan ninguna clase de pegamento o tercer elemento que los una, los objetos
se valen de sí mismos para unirse en un hecho. ¿Qué representa entonces R si no
un elemento? Simplemente el modo en que los objetos se relacionan, tal como,
continuando con el ejemplo, los eslabones podrían unirse en forma recta o
angulada. De esta manera Wittgenstein gana no sólo el evitar un problema que se
prolongaba al infinito, sino el evitar el truco metafísico de la postulación de
pseudo-objetos que explican el modo de ser de la realidad. Esta conclusión que
atañe aparentemente a un problema local de interpretación de nomenclaturas
lógicas tiene como fondo una crítica a toda aquella filosofía que se valga de
elementos externos al hecho para explicar su existencia como viene dada,
elementos tales como las categorías de la subjetividad del idealismo kantiano.
OBJETO
Junto al concepto de hecho y de estado de
asuntos, el concepto de objeto es uno de los pilares de la ontología del
Tractatus. A diferencia del hecho, el objeto no es parte del mundo; se le
postula pero no se puede nunca llegar a él.
- Objeto y hecho
Según Wittgenstein el hecho es el elemento
más simple al cual se puede llegar por medio del análisis. Sin embargo el hecho
está definido como una conexión de objetos, es decir como un complejo compuesto
de partes más simples, los objetos. No hay en esto ninguna contradicción. El
hecho es lo que es más simple realmente (en la realidad), el objeto es lo que
es más simple teóricamente (en la teoría).
El residuo del análisis del mundo es un
conjunto de hechos, pero los hechos suponen a los objetos que los constituyen. Wittgenstein
se ve llevado entonces a postular los objetos. Si existe lo complejo, debe
existir lo simple. El análisis debe llegar a un fin, no podría continuar
infinitamente. Vemos aquí nuevamente una manifestación de su atomismo.
El objeto es entonces simple, pero no
podemos considerarlo en su simplicidad. El objeto está siempre conectado a
otros objetos, no se le puede aprehender más que en la ocurrencia de dicha
conexión. Es en este aspecto que el hecho es realmente el elemento más simple:
El objeto es simple, pero no podemos llegar a ella directamente, no podemos más
que abstraerla a partir del hecho.
TEORÍA
DE LA IMAGEN
Para Wittgenstein una imagen se caracteriza
por el hecho de que representa algo. Esta capacidad de representar supone un
punto en común entre la imagen y lo que representa, y este punto en común es la
forma. Si una imagen es imagen de algo, lo es porque existe una identidad en la
forma de las dos partes. Existe un isomorfismo entre el representante y el
representado.
FILOSOFÍA
DEL LENGUAJE
- El lenguaje como imagen
Comparada con la concepción del lenguaje
desarrollada más tarde por Wittgenstein, la del Tractatus parece más pobre. El
lenguaje tiene como objetivo representar el mundo, proveer una imagen. Se le
compara con lo real, con el cual comparte la forma.
Existe entonces un paralelismo estricto
entre lo real y el lenguaje. Lo que es válido para el hecho y el objeto es
válido igualmente para sus representantes en el lenguaje: La proposición es el
nombre. Al nombre no se le puede considerar independientemente de una
proposición y no puede insertarse en todos los contextos.
El carácter combinatorio está ya presente:
De la misma forma que diferentes combinaciones de objetos permiten obtener
diferentes hechos, las diferentes combinaciones de nombres resultan en
diferentes proposiciones.
Esencialmente imagen, al lenguaje
únicamente se le puede considerar entonces con respecto a la proposición
(4.001). Las funciones pragmáticas del lenguaje quedan totalmente ocultas, lo
que no es representación no se le toma en cuenta. En contraste, el último
Wittgenstein se interesa mucho más por la práctica lingüística abandonando de
esa forma la concepción "representacionalista" del Tractatus.
- Signo y símbolo
Aun si existen ambigüedades semánticas,
Wittgenstein distingue el signo del símbolo. El signo es el elemento material
del símbolo. Símbolos diferentes pueden corresponder a un mismo signo, y un
mismo símbolo puede corresponder a varios signos.
La circunstancia de que en un idioma
natural el mismo signo pueda vincularse a símbolos muy diferentes está en el
origen de las confusiones filosóficas. La función de la lógica es entonces
esclarecer dichas equivocaciones. El signo "es" no corresponde a los
mismos símbolos en "Sócrates es", "Sócrates es el maestro de Platón"
y "Sócrates es un filósofo". La primera expresión expresa la
existencia de un individuo, la segunda expresa una identidad y la tercera
expresa la posesión de una propiedad. Cada una de estas proposiciones tiene una
forma lógica diferente.
"El idioma disfraza al pensamiento. Y de tal forma que no podemos,
a decir por la forma exterior del vestido, descubrir la forma del pensamiento
al que viste"
LOS
DIFERENTES TIPOS DE PROPOSICIONES
El Tractatus busca determinar los límites
de lo que puede decirse de forma sensata.
Distingue entre tres tipos de enunciados:
· Las proposiciones sensatas o provistas de significado (sinnvoll).
· Las proposiciones insensatas o desprovistas de significado (unsinnig).
· Las proposiciones fuera de significado o vacías de significado (sinnlos).
Únicamente la primera categoría incluye
"proposiciones" estrictamente hablando. Las otras dos categorías
contienen "pseudo-proposiciones". Para Wittgenstein una proposición
auténtica tiene significado, si no lo tiene no es una "proposición".
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